Estamos en la recta final de un histórico año, posiblemente el más difícil que nos ha tocado vivir a nivel personal y colectivo. Un año de mucha incertidumbre y movilización. Un año de pérdidas en todas las áreas y todos los niveles pero también un año de aprendizajes, los mismos que se convertirán en nuestro mejor sustento durante el año que inicia.
El 2020 fue un año que colapsó nuestros cimientos y nos impulsó a reconstruir sobre nuevas bases. También ha sido un año que se nos ha impulsado a poner en orden en muchos aspectos de nuestra vida con la finalidad de crear una realidad más sólida, estable, estructurada y organizada.
El 2020 ha sido un año de depuración y limpieza, de conectar con lo más profundo de nuestra sombra, verla, sentirla, sanarla y liberarla para que el 2021 podamos movernos con mucha más ligereza, desapego y fluidez, pues los cambios que se avecinan exigirán esta postura.
El 21 de diciembre se abrirá un portal muy importante. No solo es el solsticio de invierno, este año se presentará un evento astronómico especial: La conjunción de Saturno y Júpiter dando inicio a una nueva apertura de consciencia en la humanidad. Esta conjunción se mostrará como la estrella de belén anunciando un nuevo nacimiento en la humanidad.
El 21 de diciembre marca la entrada a la Era de Acuario y representa la entrada a la franja de la quinta dimensión que tanto se ha mencionado desde el 2012, representa entonces la cimentación de la nueva era, representa el ingreso a una nueva frecuencia de energía que es la que prevalecerá en los próximos veinte años. Por supuesto, los cambios no se harán de la noche a la mañana pero si habrán muchos y muy rápidos durante este 2021, hay mucho por cimentar y construir.
Las energías de diciembre
El mes de diciembre será un mes para reflexionar y conectar con lo más profundo de nuestra esencia e identidad y no perdernos con el ruido del mundo. Es posible que nuestras más profundas heridas salgan a la luz para ser sanadas, ya no es necesario continuar con ellas pues se abrirán nuevas oportunidades y caminos donde el dolor ya no tiene cabida. Es tiempo de elegir si seguimos situados en el miedo o el amor, esta elección determinará el tipo de realidad que comenzaremos a construir durante este año.
Es posible que durante el mes de diciembre sintamos que nuestros asuntos no avanzan y esto no es más que un mecanismo para obligarnos a reflexionar sobre los puntos importantes para nuestras nuevas construcciones. Deseamos mayor estabilidad en nuestra vida así como manifestar proyectos sin embargo, el mes de diciembre no es tiempo para centrarnos en lo laboral o económico sino en el plano emocional. Es posible que sintamos cierto desajuste emocional y físico, por ejemplo: Tristeza, enojo o cualquier tipo de alteración sin causa aparente o también dolor de cabeza, insomnio, dolor muscular, mareo o molestias físicas. Todo es normal bajo este proceso de cambio. Durante diciembre, el trabajo con nuestro campo emocional se convierte en un examen final para esta etapa, si logramos pasarlo, tendremos la oportunidad de elevar nuestra calidad de vida y manifestar una nueva realidad a un nivel mayor, lo que elevaría nuestra calidad de vida.
El futuro se muestra sumamente luminoso, lleno de alegría y muchas razones para disfrutar y agradecer. Es importante que te centres en todo lo que tienes y has logrado hasta hoy y dejes de enfocarte en lo negativo, en resentimientos o frustraciones para no perder de vista lo importante.
El 2021 representa, entre otras cosas, cambio y movimiento y nos impulsa a viajar ligeros, para facilitar el avance.
Este proceso de cambio será largo y profundo por lo que estaremos hablando de ello en nuestros próximos mensajes, por lo pronto, mis guías me animan a sugerirte cursos concretos que contienen información que puede serte útil para avanzar más rápido y mejor durante este año:
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