La palabra Karma viene de la raíz sánscrita kri, y significa ritual, acto, palabra, hecho o ceremonia.
Ceremonia: Serie de acciones que garantizan que el resultado de las acciones que se llevan a cabo sea el correcto.
El manejo del Karma es constantemente la función primaria del ritual en todas las religiones y en todos los sistemas de crecimiento interno. La función secundaria es alterar el estado de la conciencia de lo mundano a lo arcano, y de lo físico a lo sutil.
Si consideramos que nuestra vida es un viaje, podríamos decir que el Karma es la forma creativa de desarrollar este viaje. No es un destino ya que contamos con nuestro libre albedrío.. El curso de la vida es un cambio constante que depende de nuestra actitud ante ella. El Karma es todo un proceso.
Proceso: Secuencia de acciones
Al final podríamos concluir que el Karma es todo un proceso que nos garantiza un resultado ya sea positivo o negativo. Se deriva de la ley de acción y reacción, todo efecto tiene su causa.
Categorías del Karma
El Karma tiene muchas divisiones y categorías, en este momento citaremos las 3 más importantes, que son las siguientes:
SaBija Karma: Es con el que hemos nacido, como resultado de vidas anteriores.
Agami Karma: Es el que recolectamos durante toda nuestra vida, a partir de nuestro nacimiento.
Parabdhra: Es el Karma inevitable, la cosecha de toda nuestra vida.
Más adelante nos enfocaremos en cada una de estas categorías.
Ejercicio No. 2
Contesta:
¿Qué es lo que sientes o sabes de tu nacimiento?
¿Cuál es tu recuerdo más antiguo en este momento?
Trata de responder de una manera natural, por lo que tu sientas o tengas referencia. No busques respuestas complicadas.
Con este ejercicio se intenta activar tu memoria, para remontarte al pasado con tus primeros recuerdos.
Del recuerdo del pasado puedes concluir la existencia de miedos o traumas que no sabes de donde provienen, por ejemplo:
“Cuando iba a nacer, no había quien atendiera a mi mamá en el parto, así que se retardó hasta que no pudo más. Ahora, le tengo terror al agua”
Este es un ejemplo de un hecho real que tuvo una consecuencia que ha durado toda una vida.
Saca tus propias conclusiones.
“No existe lo que conocemos como casualidad; lo que parece ser para nosotros la más simple accidente brota de la más profunda fuente del destino”. Friedrish Schiller
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