Estar conectados a la tierra significa estar completamente presentes en nuestro aquí y ahora. Es estar enfocados y conscientes de todo, absolutamente todo lo que sucede en cada instante.
Cuando no estamos cimentados, no estamos conectados a nuestra vida física o material y en este caso, podemos entonces vivir totalmente distraídos de nuestra vida, tal vez enfocados en el pasado o en el futuro, en nuestros miedos o preocupaciones, pero no en la realidad que nos acontece.
Cuando creamos una conexión consciente con nuestros ángeles, es indispensable estar conectados a la vida, pues es a través de la vida misma que recibiremos sus mensajes, es decir, a través de lo que nos rodea, de lo cotidiano, de lo efímero, pero también de lo trascendente. Nada puede quedar fuera, por esta razón, tu mente tiene que estar atenta, despierta, enfocada y consciente.
Mientras más conectados enraizados estemos a la tierra, mejor nos manejamos dentro del mundo material y como consecuencia, mejor nos manejamos en el mundo espiritual. Si no podemos dominar nuestro plano más inmediato, que es el plano físico y material, no podremos dominar planos más elevados como son los planos espirituales.
Los seres humanos somos el puente entre el cielo y la tierra, somos las antenas capaces de sintonizar y canalizar las altas frecuencias del mundo espiritual y al mismo tiempo, sintonizar y canalizar la densidad de la tierra. Ser conscientes de este poder nos hará más responsables con la energía que invertimos tanto en el plano material como en el espiritual.
Al estar conectados a la tierra nos enraizamos a ella y esto nos hace fuertes y sólidos lo que nos protege de falsas conexiones angélicas, interferencias de energías densas o fugas energéticas.
Antes de realizar una meditación para contactar a nuestros ángeles o establecer comunicación con ellos, realiza la siguiente meditación:
Esta meditación te servirá para elevar, especialmente, la energía de tus chakras materiales (rádico, umbilical y plexo solar)